Mas Amor...

Hace unos meses escribí unas letras dedicadas a la figura de la Madre, titulado Amor, post de 18 de Octubre y 6 de Febrero, pero esas letras quedaron incompletas... mi ser interior me exigía completarlo.

El complemento a esas letras lo aporta el Padre.

Soy de una generación en la que la mayoría de nuestras madres han trabajado y trabajan en casa y el padre lo hacía o hace fuera del hogar.

Eso ha influido en que las horas que he pasado con uno y otro sean totalmente dispares en cuanto a la cantidad, pero no en la calidad.
No tengo muchos recuerdos de mi infancia en general, supongo que poco a poco irán apareciendo, pero lo que si recuerdo es que cuando me despertaban para ir al cole mi papá ya no estaba en casa, ya se había ido a trabajar. Cuando salía del cole al medio día para ir a comer a casa, mi papá tampoco estaba, seguía trabajando. Cuando regresaba a las 5 del cole, seguía sin estar, se había ido a trabajar de nuevo. Y os aseguro que no trabajaba para amasar una gran fortuna, sino para sacar adelante a su familia junto a su mujer, mi mamá.

Y todo, para que? Para dárnoslo todo. No lo he tenido todo, ni mucho menos, pero no me ha faltado de nada. Nunca me ha faltado un plato de comida en la mesa, nunca me faltó una fiesta de cumpleaños a finales de septiembre, finales de mes, y los consiguientes malabarismos de mis progenitores para llegar a fin de mes y que su hijo tuviera fiesta de cumpleaños, y sobre todo no me ha faltado una educación.

Todo, todo el rendimiento y el fruto del trabajo de mi papá, materializado en dinero, iba destinado a su familia: su mujer y sus tres hijos. El madrugar a las 6 de la mañana, el no vernos desayunar, ni comer, el no vernos hasta la noche... todas esas renuncias, el no poder disfrutar de esos pequeños momentos, todos los sacrificios, todo ello creo que muchas veces no es valorado ni reconocido.

Dentro de ese todo que me ha dado, y que no me ha faltado, sobre todo, está el amor y cariño, que da un papá, a su manera y en su momento, aprovechando la hora de cenar y de acostarse, después de estar todo el día trabajando, los fines de semana acompañándonos a las actividades o en la playa, durante las vacaciones, en navidades.

No, no me ha faltado el amor y el cariño que da un papá, ni sus consejos; el ser valiente cuando hay que serlo, el sacrificarse cuando toca, el saber pedir perdón, el ser fuerte y sensible a la vez, el no esconder el llanto, el reir, todos esos valores y pilares que han hecho que a día de hoy mi “edificio” en fase de construcción vaya por buen camino o que los cimientos, al menos estén ahí.

Sigo y seguiré escuchando a mi papá, hablando, discutiendo, jugando e intentando darle el amor y el cariño que me ha dado y sigue dando, seguiré dándole un beso cuando entre o salga de casa, esté aquí o allí, seguiré queriéndolo, como me ha querido y me quiere, con Amor.

"Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista."

Michael Levine

A mi papá. A todos lo papas.