... el callejon del chai...

Hay tardes y tardes, domingos y domingos... tardes de domingo...
Sentadas tres personas, alrededor de un chai, si, en barcelona también hay chai... no es igual... pero algo es algo...
Sin saber como y saboreando el chai, la conversación va de un lado a otro, de aquí pallá, sorteando océanos, himalayas y diagonales, hasta que te das cuenta que habeis entrado en un callejón, un callejón interno de nuestro ser en el que pocas veces entramos... o mejor dicho... pocas veces entro... porque creo que ya me va bien así.
Total, que estás junto a dos amigas y tres chais paseando los tres por ese mi callejón, al que he invitado a mis dos amigas y paseando vamos entrando en todos los portales, mirando en los buzones, hurgando, rascando, preguntando, buscando información que muchas veces ni uno puede dar y hay que bajar hasta el sótano para encontrar lo mas parecido a una respuesta, muchas veces incorrecta, distorsionada o maquillada.
Ese callejón, al que a mi mismo me cuesta entrar, pero caminando con ellas, no sé, pero me siento como más protegido y no me da tanto miedo pasear por él, nos lo recorrimos de arriba abajo, de abajo arriba... mientras el chai nos hace entrar en calor.la verdad es que en el callejón hay mas de un socavón, aceras desgastadas, farolas fundidas, peajes incomprensibles... hay alguien destrozando ese callejón... seguramente yo mismo... poco a poco habrá que ir dándole un repaso, ahora que vienen elecciones municipales y que los operarios van a destajo será un buen momento...
Así, y de la misma manera que entramos los tres, salimos del callejón, afortunadamente es un callejón con salida, y gracias al paseo que hemos dado los tres y a sus recomendaciones, la conclusión es que habrá que pasearse de cuando en vez y habrá que pulir.
Se acabó el chai, pero del callejón, regresamos a los himalayas, las fronteras, las comisarías...
Esa tarde de domingo ya tiene fecha.
Sandra, Ane un abrazo enorme enorme... tanto que me faltan brazos!!!